La Resiliencia emocional es la capacidad que tienen algunas personas para adaptarse a situaciones difíciles, superarlas y conseguir resultados positivos a pesar de la adversidad. Para muchos, la resiliencia emocional es un talento o una habilidad innata, pero lo cierto es que rara vez alguien la desarrolla de tal manera. Con el pasar de los años se adquiere cierta madurez emocional, en especial si se dedica tiempo a mejorar y desarrollar este tipo de habilidades que nos deja una gran enseñanza, pero sobre, bienestar y salud emocional.
Resiliencia emocional, un proceso de aceptación
Muchos son los cambios en la vida difíciles de superar, como por ejemplo el abandono o fallecimiento de un ser querido, un divorcio, un desempleo, una catástrofe natural, en fin… Son innumerables las situaciones difíciles que pueden desatar un momento de crisis emocional e incluso crisis existencial, ¿por qué me ocurrió esto?, ¿qué hago aquí?, ¿cuál es mi razón de existir? Muchas son las preguntas sin respuestas que podrías tener. Pero lo cierto es que la vida cambia constantemente, es un proceso de aprendizaje sin parar y con ello, un proceso de aceptación que no termina.
Es aquí donde hay dos opciones: sumergirse en la incertidumbre y preguntarse una y otra vez lo mismo e incluso imaginar escenarios hipotéticos sobre “lo que hubiese podido ocurrir si…” O simplemente aceptar el cambio, entender que ya pasó, que no hay marcha atrás, pero que ya mismo se puede comenzar a actuar para que el día de mañana sea un poco mejor. Lograr cambios progresivos y positivos permitirá tener un mejor mañana y, a pesar de “estar solos”, solo es cuestión de analizar si realmente es así; siempre hay alguien con quien compartir o a quien ayudar o quizás, algún proyecto por desarrollar que genere motivación y con ello, satisfacción personal.